Archivo de la Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo

Hotel en Atacama

San Pedro de Atacama

Chile

Se trata de conservar el espíritu de la arquitectura de Atacama y no la forma, porque seguir la tradición —como dice mi abuela- no es usar el sombrero viejo del abuelo, sino comprarse uno nuevo como hacía él. Conservar, por ejemplo, la forma temblorosa de las casas, Ios muros macizos, las cubiertas livianas, los huecos pequeños, las sombras luminosas, los bancos de adobe mirando el sol de la mañana, etc. Tratar de capturar en la obra la levedad y la gracia de una cultura que hace mucho con poco, con más ingenio que medios y que sobrevive a los cambios por su capacidad de negociar y adaptarse. Y, al mismo tiempo, relacionar el interior del hotel con la inmensidad, para invitar a las visitas a Salir más allá del Oasis de San Pedro, a vivir la vida tal como se vive en los poblados de Atacama, abierta al espacio infinito y al paso cadencioso de los días marcados por las fiestas que los reúnen a todos en rituales. La arquitectura del hotel media entre la dispersión necesaria para conocer lo remoto y la recogida cada tarde en un ambiente que relaciona esa experiencia con la ciudad, para hacerla fecunda. El hotel se dispersa alrededor de una plaza de piedra arbolada, levantada un metro sobre el nivel natural del terreno. Así, la plaza y los dormitorios de una planta quedan levantados sobre los potreros y afanes próximos, en la privacidad de una primera línea de Sol y vistas. Los dormitorios están equidistantes del ingreso al hotel, lugar donde se organizan los paseos y al que se llega por corredores sombreados.

Germán del Sol Guzmán

H. Schmidt / N. Labbé

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