CENTRO ARQUEOLÓGICO EN LA ALHAMBRA / Intercambios entre patrimonio y paisaje.
Nombre de la propuesta
Resumen
¿Qué significa construir en la Alhambra?
“Durante más de 500 años, generaciones de musulmanes y cristianos la usaron como escenario de los tipos de vida que decidieron adoptar, Príncipes Musulmanes (s.XIV-XV), Aristócratas y monjes cristianos (s.XVI), Gitanos y Románticos (s.XIX), turistas y hoteleros (s.XX)...han alterado constantemente la arqueología del lugar, no porque fueran intrusos, sino porque la Alhambra había sido creada para que la vida continuara en ella”
(Oleg Grabar, La Alhambra: iconografía, formas y valores)
Este fragmento de Oleg Grabar bien podría responder a mi pregunta, pues no se concibieron como construcciones cerradas y conclusas, sino como territorios donde crear ciudad. Aquí es donde propongo un proyecto que da respuesta a una topografía, en un entorno cargado de historia, donde la propia arqueología del lugar condiciona, genera y argumenta la intervención. Observar cómo se construye en la Alhambra, trasladar gestos de la ciudad nazarí a uno de sus jardines (Carmen de Peñapartida), como una prolongación de su propia experiencia a través del tiempo hasta hoy, siendo cualidades atemporales puestas en un esquema contemporáneo. Un Centro Arqueológico que nace de un paisaje concreto en un contexto específico a partir de 3 secciones capaces que toman sentido a través de un Paseo (La Promenade), estableciéndose un diálogo entre patrimonio, paisaje y visitante.
El Jardín de Peñapartida con una extensión cercana a los 20.000 m² se ubica en la colina paralela a la Alhambra hacia el sur, estableciéndose un fuerte vínculo entre las dos colinas (La Sabika y Mauror) por ello, en un primer acercamiento urbano el proyecto quiere tocar el borde norte del Jardín, recuperando la memoria del trazado del Paseo de Los Mártires, por donde subieron las tropas de los Reyes católicos, para liberar a los cristianos presos en el Corral de Cautivos, nuestro Jardín de Peñapartida.
Un estudio en planta identificará los ámbitos más desfavorables y los pondrá en valor. La compleja topografía del Jardín genera espacios poco accesibles y desconocidos para los visitantes, ya que lo que conocemos hoy del Carmen es el mundo doméstico de la Familia Porcel (primeros inquilinos en la segunda mitad del s. XIX), pero la historia nos dice que hubo una vida muy diferente en rincones del Jardín que hoy no se muestran.
Un estudio en sección con 330 cortes que modifican el objeto seccionado. Para llegar a tener una percepción completa de nuestro entorno es necesario trabajar con herramientas que me aporten más información. Decido cortar el Jardín tantas veces me lo permita, así en sus 330 metros de este a oeste se harán 330 cortes, uno cada metro, orientados norte-sur mirando hacia la Alhambra, evidenciando el diálogo que hay entre las dos colinas. 3 cortes de esta secuencia dibujarán las 3 intervenciones del proyecto, capaces de explicar nuestro contexto de una manera contundente y clara.
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