Vivienda Unifamiliar en El Garrobo

El Garrobo.

Sevilla

España

Un pequeño pabellón de entrada abraza la casa al pueblo. Tras este pabellón se erige un volumen de mayor altura que se abre al paisaje. La acentuada abstracción del aspecto externo de la casa trata de provocar la ensoñación, que de alguna manera, siempre estuvo detrás de las propuestas de la modernidad. Una serie de estancias apiladas se agrupan en torno a un patio, que funciona como una habitación más. La diagonalización y espacialidad de la planta del estar se contrapone a la serie de dormitorios que tratan de ocultarse frente al patio. Este lugar del patio es un espacio contra el que se mide la casa, contra el que se calibran las diferentes estancias. Bruce Nauman llamaría a esto, "e| espacio del molde": un espacio que se define por todo lo que le rodea, sin jerarquizarlo. Es por tanto un patio que se aleja de la noción tipológica que contiene esa denominación. Una piel continua de madera hace de velo protector frente a la estancia a doble altura. Esta pieza se tiñe de color en los atardeceres. El sol penetra y descorcha la casa, quedando atrapado en esta gran estancia. La casa Se desmonta frente al paisaje, descomponiendo su unidad y organizando un complejo engranaje de piezas que resuelven su relación con el entorno. Esta relación interior-exterior se pretende que se modifique y gradúe tanto como den de sí las estaciones o el deseo de sus moradores por enlazar las habitaciones con el atractivo paisaje. Constructivamente la casa se ha resuelto con un "hueso" de pantallas de hormigón "in situ" a las que se le han ido instalando unos paquetes a modo de "casettes” que contienen el oscurecimiento, el aislamiento térmico y la estructura secundaria, con la intención de liberar las vistas.

José Morales Sánchez y Juan González Mariscal

Sara de Giles Dubois y Arturo Jiménez Marcos

Hisao Suzuki y Jesús Granada