Restauración de la Iglesia de San Lorenzo de Valdemaqueda

Valmaqueda.

Madrid

España

De la antigua iglesia de Valdemaqueda sólo quedaba el ábside, una construcción tardogótica salvada de la destrucción que sin motivo aparente se produjo en los años 40. La nave fue entonces sustituida por una tosca construcción de ladrillo enfoscado, deteriorada a través de los años. El proyecto sustituye esta última por una nueva, pero de modo que la intervención integra el antiguo ábside; todo ello con un lenguaje esencial, "sin estilo", " fuera del tiempo". La construcción y las texturas, a través de la luz, constituyen los elementos expresivos del nuevo edificio, cuyo ambiente evoca el de tantas iglesias prerrománicas o cistercienses, llenas de referencias constructivas y figurativas. En el interior, destaca la diferencia de altura entre la nave y el ábside. Aquella, más baja y fragmentada mediante las entradas de luz cenital y por la propia estructura de apoyo de la cubrición, se constituye como una antesala del ábside, un tanto tenebroso, en el que brilla el retablo renacentista. Pese a la sencillez y escaso tamaño del edificio, puede hablarse de un ‛‛recorrido" que se inicia desde la puerta de acceso, dispuesta en ángulo recto respecto al ábside. Se focaliza en primer lugar la pila bautismal junto al soporte del lucernario que baña la pared de fondo. Viga y soporte se muestran a través de un fuerte contraluz, lo que además de acentuar su presencia, la desmaterializa. A la izquierda, una pequeña pila de agua bendita establece el único punto de contacto visual de la nave con el exterior mediante una pequeñísima ventana. La ligera pero apreciable pendiente del suelo, indica el recorrido hacia al altar, cuya presencia en la penumbra y lejanía se acentúa mediante la luz que penetra por el trasparente.

José Ignacio Linazasoro

José María García del Monte, Davide Scardua, Nicolás Polli y José Carlos Corona Ruiz

Javier Azurmendi