MTR019
Edificio Estación Metro Plaza de Armas
Emplazamiento: Bandera 1109, Santiago - Chile
Fecha de finalización:15-11-2019
Fecha de finalización (España): No procede
Tipo de obra: Obra nueva
Uso/s: ["Espacios libres","Transportes e infraestructuras"]
Presupuesto total: 4660000 Dólares
Dimensión: 4115 M2
DATOS DEL EQUIPO
Autor/es: Loreto Lyon, Alejandro Beals (Beals Lyon Arquitectos)
Promotor/es, cliente/es: Metro de Santiago SA
Equipos técnicos: Ingeniería Estructural: Arcadis / Worley Parsons Ingeniería y Fabricación Encofrados: PERI Chile Ltda Iluminación: LLD
Empresa constructora: Besalco SA
Créditos fotográficos: Pablo Casals (fotografías obra terminada); Beals Lyon Arquitectos (fotografías de obra)
ARCHIVOS
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MEMORIA
En octubre de 2019 estallaron protestas en la capital de Chile, Santiago, en respuesta al aumento del costo de los boletos de Metro; estudiantes de secundaria saltaron torniquetes, accedieron a los andenes sin pagar y se enfrentaron con la policía. En pocas horas, miles de personas llenaron las calles para demostrar su frustración con la totalidad del modelo económico neoliberal introducido por la dictadura de Augusto Pinochet durante la década de 1980. El sistema de Metro estaba en el centro del conflicto. Una veintena de estaciones en Santiago fueron quemadas y el levantamiento, conocido como “El Estallido Social”, obligó a cancelar las conferencias de APEC y la ONU sobre Cambio Climático. Esta crisis política derivó en un referéndum que pone fin a la Constitución de 1980, la que será reemplazada por un nuevo documento redactado por una convención democrática. La primera línea del Metro de Santiago se inauguró en 1975; desde entonces, se han construido otras cinco líneas como parte de un proceso de expansión continua que busca unir el centro de la ciudad con zonas que de otro modo estarían desconectadas. Esta nueva estación se inauguró solo un par de semanas después del inicio de las protestas, conectando el centro histórico con barrios periféricos ubicados al noreste de Santiago. El terreno, muy restrictivo en sus dimensiones, dejaba poco espacio para ubicar cajas y torniquetes cerca de las vías subterráneas, como sucede en todo el sistema del tren subterráneo; normalmente, las estaciones aparecen en la ciudad solo como una escalera, sin edificios o mayores intervenciones en el espacio público. Por primera vez en Santiago, aquí los recintos de la estación se ubican al mismo nivel de la calle, asumiendo su función no solo como una pieza de infraestructura, sino también como un espacio público que busca integrarse de manear continua con el tejido histórico y la vida de la ciudad. El nuevo hall urbano que construye la estación a nivel de la calle busca traer a la superficie algo del ambiente de lo que pasa baja tierra, y viceversa. Una suerte de caverna artificial que sirve de umbral al mundo subterráneo. Dos tipos de bóvedas de distinto ancho se alternan en la construcción de la estructura que contiene este vacío. A su vez, cada bóveda se forma por la combinación de módulos menores de encofrado con doble curvatura. El zócalo de hormigón es masivo y resistente, de manera que pueda soportar la intensidad y fricción de la ciudad. El volumen superior en cambio, se descompone en piezas más delicadas y esbeltas: una sub-estructura de pilastras de hormigón y una doble piel de vidrio y alabastro, que da una apariencia opaca y monolítica desde el exterior, pero que permite el ingreso de luz natural a la planta libre en todo su perímetro. Al anochecer, las fachadas de alabastro se iluminarán desde el interior. El volumen, antes opaco, se transforma entonces en una suerte de lámpara urbana, anunciando mediante un brillo tenue y difuso la condición pública y abierta del edificio.
¿PARA QUIÉN?
Con este proyecto, Metro implementa por primera vez una nueva estrategia de intervención urbana, la que propone la construcción de edificios sobre sus estaciones. Este giro busca resguardar la continuidad del tejido urbano, mitigar impactos negativos y, finalmente, asumir el rol que tiene su infraestructura como generadora de espacio público. Este edificio es usado diariamente por miles de personas para trasladarse desde la periferia al centro histórico. Cuando desembarquen aquí, este será el primer lugar desde donde podrán participar de la vida pública en la ciudad y reconocer parte de los iconos más representativos de Santiago.
¿POR QUÉ?
Chile es un país con altos niveles de desigualdad y Santiago es una ciudad segregada. Como servicio público, el sistema de Metro es fundamental para conectar zonas apartadas y marginadas, acercando sus múltiples barrios -y habitantes- al centro de la ciudad, pudiendo emerger y participar, como en este caso, dentro de una pieza de arquitectura pública. Si bien durante el ‘Estallido Social’ Metro se convirtió en un símbolo de malestar, su infraestructura persiste como símbolo de integración social. El proyecto juega un papel dentro de esta red más amplia, como agente de transformación social, tanto a nivel físico como simbólico. Lo simbólico, un propósito antes logrado en arquitectura por lo ornamental, se transfiere, desde el surgimiento de la arquitectura moderna, a la expresión tectónica de la construcción. En este proyecto, la expresión simbólica busca articular múltiples situaciones contrastantes: entre lo subterráneo (vías) y la superficie (espacio público), lo monolítico (zócalo) y lo poroso (edificio), lo duro (base) y lo delicado (fachada), lo curvilíneo (bóvedas) y lo ortogonal (manzana), la periferia (gran Santiago) y el centro de la ciudad (histórico).
INDICADORES DE IMPACTO DE SOCIEDAD ["Espacios accesibles","Equidad espacial","Protección patrimonial"]
INDICADORES DE IMPACTO DE ECONOMIA ["Reducción desigualdad"]
INDICADORES DE IMPACTO DE MEDIO AMBIENTE ["Reducción emisiones C02"]
INDICADORES DE IMPACTO TRANSVERSALES ["Proyectos urbanos integrales"]